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Compre mi primer (y único! Me ha salido requeté bueno, porque habría yo de cambiarlo, sobre todo por uno que aunque más moderno de menos capacidad) iPod en Enero del 2007. Desde entonces ha sido mi compañero inseparable. Es muy común verme siempre con audífonos durante toda la jornada laboral, muchas veces incluso en situaciones donde tal vez no debería de traerlo (en juntas, por ejemplo), pero es que no puedo separarme de él. Todas mis canciones favoritas están ahí, y la verdad la mayoría de las veces es lo único que hace llevadero mi día.
No es que no tenga compañeros con los cuales convivir, pero como en todos los entornos sociales, somos individuos con infinidad de intereses muy particulares en cada uno, así que por más que nos llevemos bien y tengamos charlas amenas, es inevitable que en cierto momento la conversación se torne en un tema del que no tengo conocimientos, interés o me haga sentir incomoda (este último escenario es raro, pero existe), por lo que el iPod es mi única salida. Incluso cuando tengo una tarea que requiere mucha concentración el ponerme mis audífono, seleccionar un Playlist adecuado me ayuda, me relaja y me permite terminar lo que sea que esté haciendo en muy buen tiempo y sin estresarme.
Me he dado cuenta que para muchos, el estar escuchando música es un distractor, así que lo evitan (o lo intentan porque si no tienen un reproductor de música pues las bocinas de la empresa nunca faltan), otros no utilizan audífonos porque no es recomendado su uso por los Médicos (literal se acaba de acercar una compañera a platicarme de este punto), otros que es una falta de respeto, porque luego no le ponemos atención a la gente a nuestro alrededor, y otro sin fin de puntos de vista que se les respeta, pero no tengo yo porque pensar igual (que aburrido seria el mundo, no?). Tal vez, tal vez les conceda el punto de que puede ser falta de respeto, pero no es tampoco como si pusiera el audio a todo volumen, lo tengo en un nivel moderado y puedo escuchar todo (así que si fuera ustedes tendría cuidado con lo que dicen Muahaha, ok no), siempre estoy al tanto de mi trabajo, a lo único que no le pongo atención es a la música en las bocinas de la empresa, existe un límite de veces en las que puedo escuchar una misma canción en un loop tan seguido de tiempo (las estaciones de radio necesitan ampliar su catálogo musical).
Escapar con la música es muy terapéutico, a mí en lo personal me permite controlar mi carácter (yo sé que será un shock para ustedes, lo sé, pero tengo un carácter fuerte); mientras escucho música me siento alegre, me gusta moverme al ritmo de la música (si, así de weirdo soy), me gusta cantar (no alto, porque sé que eso si es desesperante, sobre todo cuando no todos tenemos una voz digna de X-Factor), incluso mientras estoy en mi pequeño mundo musical tengo recuerdos muy gratos de ciertas épocas de mi vida de acuerdo a las canciones que escucho.
Para mí el iPod es una extensión de mi ser (que existencial me vi, pero es la verdad), el día que se me llega a olvidar sufro mucho y el día se me hace larguísimo. Por eso yo digo, Dios bendiga los iPods ( y no, no es comercial).
Me despido de ustedes con el cd “Femme Fatal” de mi vieja Britney Spears tocando en mi iPod